ÉPICA DE LOS DESHEREDADOS de FERNANDO VARGAS VALENCIA




Por: ÁLVARO MARÍN

¿Y qué es la poesía? Nadie lo ha dicho todavía. Lo que existe son acercamientos, inmediaciones donde el poema es sólo una nave, y si esta nave, el poema, no está conjurada, entonces su estructura puede averiarse, y disolverse sin hallar el sentido de su desplazamiento, sin dejar rastro en el océano de las palabras. El conjuro para que esta nave despliegue toda su fuerza con la que se desplaza ante una adversa gravitación está precisamente en la materia de la que está hecha: en las palabras. Con esta premisa del conjuro la nave se hace invulnerable al vacío, porque una palabra puede nombrar el mundo, o vaciarlo, la fuerza de las palabras prefiguran la realidad, o la destruyen.

Nada hay en la realidad que no haya sido previamente nombrado, el nombre de las cosas no es una llana titulación, es un llamado. El poeta es el que escucha el llamado y lo descifra en las palabras, el poeta conoce el tenebroso vacío de la palabra sin magia. Tal vez por esto dice Fernando Vargas Valencia “hay una terrible soledad que el poema no conjura”, no basta el poema, ningún poema es suficiente y además es necesario que sea suficiente el poema, es la paradoja de las palabras, quien escribe está balanceándose permanentemente en una paradoja, el contrasentido es el pulso de las palabras, si las palabras nombran la herida, es para que dejen de sangrar los cuerpos.

La poesía como conjuro del dolor es uno de los más buscados sentidos de la poesía colombiana, poesía que oscila entre el esteticismo que evade el mundo exterior y la llanura de la denuncia exteriorista, es decir, una cierta lealtad con la realidad que esta poesía reproduce y rechaza a la vez. De allí la dificultad del momento para el poeta colombiano que no quiere eludir su entorno, y al mismo tiempo busca recrear esa trama de realidad. El momento de la poesía de Fernando Vargas Valencia vive ese pulso, esas pendulaciones entre la necesidad del sueño y las contingencias propias de una vigilia amenazada. Los temas de la guerra, de los desplazados, de las masacres, del poder, son los temas más difíciles de tratar en la poesía colombiana, tal vez por su terror y su cercanía. María Mercedes Carranza intentó hacer un registro de las masacres en los diferentes lugares de Colombia, y sus palabras, sus poemas, se ahogaron en la sangre, esos poemas no fueron el conjuro de nuestra ominosa realidad, por esta razón esos poemas fueron prontamente olvidados después de su publicación.

Otro tanto busca Fernando Vargas Valencia con sus incursiones en el tema de las masacres, en un lenguaje sencillo, sin poses preconcebidamente poéticas. Fernando busca distanciarse de esa vertiente de la poesía colombiana buscando un propio horizonte, sin dejar de correr los riesgos que acompañan a esta clase de temas en la poesía. Hay algunos elementos en su estilo que llaman la atención, especialmente la contención imaginativa y la sobriedad en el lenguaje.

COLOMBIA: TRÍPTICO DE LA INDIGNACIÓN




Por: Daniela Saidman (Venezuela)

“El prisionero / sólo tiene para protestar / su propio cuerpo”, versos de Fernando Vargas que definen una poética de la resistencia, en una Colombia llena de matices y de aristas, de sueños y de sangres sembradas en la tierra.


Tres poetas colombianos, Fernando Vargas, Darién Giraldo y Fernando Cely se encuentran en las páginas de Tríptico de la Indignación, publicado por el Proyecto Editorial Independiente Isla Negra, en el marco de la Feria Internacional y Popular del Libro, Colombia 2009.


Se trata de recuperar la memoria para abrir la senda de un mañana que no sólo es posible sino imprescindible, se trata de construir colectivamente una visión del mundo que debe necesariamente tener en cuenta el dolor venido de décadas de barbarie y asombro, porque en Colombia la vida se volvió un acontecimiento extraordinario. Sobrevivir es el signo de los muchos que nada tienen y pasan los días deambulando los impuestos silencios. El lenguaje que no tiene nada de inocente sigue llamando desplazados a los refugiados de una guerra en la que el inocente paga con hambre, miedo y destierro, de ahí que nace una poética capaz de nombrar con voz propia la vida y sus sombras a cuestas.


“He inventado un país de cuerpo derrochado, / de dinamita mojada por el tiempo, / por la lágrima mortal de los desheredados. / Un país que detenta sus misterios / con golpes de instante e imágenes de victoria, / un país que nace y respira / al compás de una brújula que no marca el Norte”

(Fernando Vargas, Épica del desheredado, fragmento)


Y es que la palabra poética pronuncia el mundo y sus realidades, se adueña de los ecos para hacerlos grito, para echarnos en cara todo el dolor que callamos y vendemos, todo lo que pensamos que no nos pasa, porque les pasa a otros. Como si el dolor ajeno, no fuera también nuestra propia derrota. Así, los versos de Fernando Cely narran el odio anidado en los hijos que no alcanzaron a nacer, huérfanos de vientres, desnutridos de amores y esperanzas. “Pero estoy aquí / para gritar / de frontera a frontera / de trinchera a trinchera / lo que la palabra reclama / con poesía o sin ella”.


Palabra justa, honesta, decantada de poses. Poetas que sabiéndose las heridas abiertas encuentran en los versos un estandarte para enumerar las ausencias. Esta poesía colombiana, tan americana, tan nuestra, dibuja los surcos de la vida que es, la que pasa con los ojos en las trastiendas del alma.


“Quiero encontrar un verso / que detenga las balas / que inundaron de muerte / aceras y veredas, / las lágrimas perdidas / de madres desmembradas / y huérfanos sonámbulos. / Quiero encontrar un verso / para iniciar un capítulo nuevo / en nuestra historia”

(Fernando Cely, Urabá, fragmento)


Vienen y van, estas y otras muertes, estas y otras vidas, mientras los poetas no callan la ira, sino que la izan en los mástiles y en las hojas, para que no sean olvido, sino memoria de la tierra, de los olvidados y de los vencidos. Estos versos de hoy, que saben a café, a selva y a flor marchita tienden puentes de encuentro, para abrazarnos las dudas y anudarnos las ganas. Saben, sabiéndonos mudos y por eso estallan desde las esquinas del silencio.


“Madre: / Mira los muertos sobre las flores / míralos desnudos en la danza / en el rito del tiempo / bajo el empeine desolado de esta tierra / que va quedando sola”

(Darién Giraldo, Mapiripán, fragmento)


Dejo aquí estos versos y estos poetas, vecinos a los sueños. Son ellos los que agitan las banderas y sin vientos nortes van amainando las balas y las babas con que el odio detiene la respiración del próximo prójimo a desmembrar. Son ellos y otros ellos los que andan soñando más y mejores mañanas, a ellos siempre la bienvenida.

LA REALIZACIÓN POÉTICA DE LA JUSTICIA: EL DERECHO COMO PARADIGMA LITERARIO



Por: RICHARD TÓVAR CÁRDENAS
(Catedrático de Sociología Jurídica
Universidad Externado de Colombia)

Fernando Vargas Valencia, quien por algunos años fue mi monitor desvelado y destacado en la cátedra de Sociología Jurídica en la Universidad Externado de Colombia, realiza en el libro “La Realización Poética de la Justicia: el Derecho como paradigma literario”, un trabajo inspirado por un texto de Martha Nussbaum titulado “Justicia Poética”, lo que literalmente le habilitó en sus dos acepciones: justicia como el sueño de la equidad realizada y como camino para la obtención de una visión poética de la decisión judicial, que por este medio alcance el ideal de hacer universal la cobertura de la justicia para los hombres, de otra manera sería de igual nivel al de la comunicación poética que sorprendentemente siendo arte y de esta manera universal, es también memoria, como memoria es también el Derecho.

En este punto la tesis pudiera tener un planteamiento filosófico y aún fenomenológico, incluida la intuición eidética que el juez en su decisión convierte en justicia del caso concreto; si lo vemos así, ha tomado el fruto del árbol de la justicia en una percepción claramente platónica. Sin embargo, no fue este el camino elegido pero lo traigo a colación porque fue discutido en sus prolegómenos. La vía desarrollada se inclinó hacia la concreción y complejidad de la narración jurídica, en otras palabras, hacia una teoría narrativa del Derecho.

La justicia poética plantea la pregunta, ¿qué tipo de conocimiento produce el arte? O la pregunta equivalente, ¿qué conocimiento de la realidad produce la narración poética del derecho y qué tipo de sentencia se puede considerar como realización de la justicia poética? Esta temática también, y sobre todo, indaga por el mundo literario o por el modo como la literatura da cuenta del derecho como descripción de un estado de cosas sociales cuyo desacomodo produce apetito de justicia ya sea para equilibrar, armonizar o hacer funcional el mundo social sin simetrías determinantes.

Para la teoría narrativa del Derecho, inquirir por el status epistemológico de su producción en el mundo de la vida, se convierte en el punto de convergencia de la Sociología del derecho como ciencia de la organización social; la sentencia del juez vincula las piezas sociales del conflicto y a su vez es oponible a la institucionalidad social. La vía hermenéutica o la vía analítica hacen parte de este punto de encuentro o encrucijada de donde debe salir la configuración de la próxima estación en la que lo político se constituye en el Derecho y será su expresión total, superando la lejana imputación a normas fundamentales que se encuentran narradas en los hechos del derecho anteriores y posteriores al sistema normativo que incluye.

En el presente estado del arte, nuestra profesión de abogados debe restringirse a zonas de eficacia gobernada por la expectativa social, pero en algún momento esta expectativa incluirá toda forma alternativa de resolución de conflictos. La próxima estación serán entonces un recomienzo, “ricorsi” de la narración del Derecho como ciencia de la argumentación en el arte de relatar el mundo del conflicto desde y a través de todos los sujetos implícitos en la narración, siempre caracterizada por la opción que una fuerte institucionalidad social generaría en el ámbito de las autonomías y las intersubjetividades.

Debo resaltar que la buena formación de Fernando Vargas Valencia como hombre de letras, poeta y estudioso de la narrativa literaria, coincidieron en La Realización Poética de la Justicia. Trabajo académico con el que obtuvo el titulo de abogado en la Universidad Externado de Colombia y publicado por esta casa de estudios, del que hago encomio de su precisión y fluidez, en virtud de cierta autoridad que se desprende del buen manejo de las fuentes y autores que le son familiares.

ESCAFANDRA Y LA MANCHA: VOCES HERMANAS JUNTAS EN UNA ANTOLOGIA DE POETAS DE VENEZUELA Y COLOMBIA





Por: DARIEN GIRALDO H.

En un país donde sólo parece impartirse el dialecto de la represión y la miseria, donde los libros se vuelven productos inalcanzables para el pueblo y mercancías en manos de los grandes emporios editoriales, mientras hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas aprenden de la vida con la superflua tutoría de los canales de televisión que invierten millones de pesos en sus novelas y realitys. En un país y porqué no un continente, con contadas excepciones donde predomina la estética de la miseria, donde en palabras de Juliana Buitrago: “ envenenan un perro, degüellan un ángel”, donde no se busca hoy en día sólo generar mano de obra barata sino seres que asuman tranquilamente un mundo sin trabajo; el arte y particularmente la poesía emergen de entre las casas desahuciadas, en medio de las universidades que se resisten a la triste promesa de ser espacios para la formación empresarial, altares de la llamada educación de calidad, epicentro del pragmatismo económico donde se instruya en “Genealogías de esclavitud y miseria” (Andrés F. Lizarazo), en medio de este panorama, que es materialización del postulado aberrante del fin de la historia; versos y metáforas intranquilas, como en Tierra Común: Poesía de Venezuela y Colombia, se filtran en el corazón mismo de los empinados barrios de nuestras ciudades titilantes.

Cada uno de los poemas de Tierra Común: Poesía de Venezuela y Colombia, antología de nuevos poetas realizada en conjunto por La Mancha y Escafandra, emerge de lo profundo de la guerra, porque Colombia; un trozo de América cercenado, una pieza de Abya Yala injuriada por los portadores de la cruz, la espada y la sífilis, continúa con sus gestas y porque como afirma Martha Dávila; “Nuestra verdad es el mismo animal mutilado / que guarda el último aliento para la envestida”. En la guerra, el amor es otro, se siente diferente, es amor -trinchera, tembloroso, como el cuerpo de un sinsonte en las manos de una niña distante, es también el amor de la zozobra. Por eso estos poemas hablan de las despedidas relaciones de la ciudad y los bajos mundos, del amor que se hace dolor, que se vuelve desolación tan profunda que hasta dios se vuelve innecesario como excusa para la postergación de la felicidad. Porque la guerra nos hace descubrir la raíz del miedo, esa de la que habla la escritora Juliana González, “Somos hijos de los dueños ancestrales de esta tierra”, y nos desnudamos para emanciparnos de “la piel ajena que nos han colocado / a pesar nuestro, / los espasmos del hurto, / los pellejos de la usurpación.”

Pero América es experta en romper cadenas y hacer de ellas pertrechos, por la genética insumisión de nuestro destino, que no es más que la construcción incesante y autónoma de senderos libertarios. América o Nuestra América, porque como escribiera el poeta épico Pablo Neruda “Hasta el nombre total del continente estos filibusteros usurparon”, refulge como anticipación continental del hombre, aquí se manifiesta la especie, aquí emerge el nuevo hombre, para nada puro, por todo síntesis planetaria.

El futuro ya empezó y libra la batalla por su derecho al tiempo, somos prioritarios, proclaman hoy los seres humanos, la libertad estaba escrita ya, en las rocas volcánicas del galeras, en la roja tierra de la Macarena, estaba escrita desde que la naturaleza adquirió conciencia de su danza milenaria. Naturaleza y humanidad, Colombia y Venezuela términos iguales, separados sólo por el juego macabro y transitorio de la usura.

Del amor a la muerte sólo hay un paso o una hermosa caída, un paso sigiloso como los del gato en la alfombra, el pueblo es aquí un equilibrista con un pequeño público que quiero verlo caer, pero caer es también una forma de volar y eso lo sabe el poeta, quien prepara el ascenso después de la caída: “¡Pobre mundo! / No tienes idea, de la gruta secreta que calla / Del abismo” dirá la bogotana Laura Luna en su poema XX.

La caída ya fue, los pueblos están listos para emerger del cráter de la historia, impregnados de lava ardiente y palabras ígneas; los pueblos se alimentan de los siglos y se ingestan de promesas. La emancipación de América será merecedora de ser historia natural, como el emerger diluviano del reptil sobre la tierra o el primer vuelo prehistórico que planeó sobre los pantanos y las sierras.

La resistencia se rompió, la contención se insurrecciona, la señal está en las calles, en las palabras, el fuego y los funerales, pero en palabras de Ángela Suárez joven poeta nacida en Boyacá tierra plagada de emancipaciones y batallas continentales decisivas; hay que “Buscar señales en la mujer del pan y sus manos desolvidadas”. La poesía escrita por jóvenes es sólo poesía, el verso perdió su edad, su perennidad está en la metáfora que emerge del escritor que lanza al mundo y al amigo; un poema del que / jamás puedan / curarse (Javier Neira). El verso se perpetúa, porque es un vestigio de la misma formación de las galaxias, yace en los pantanos del precámbrico y se hizo escultura insular y remota por donde nace el sol.

En esta tierra colombiana, desde donde los sacerdotes de la muerte se ufanan de ser la democracia más vieja de Sur América, los jóvenes, niños y adultos nos inspiramos por el miedo y escribimos en los tiempos libres que nos deja la persecución. En esta tierra de resistencias anticoloniales y emancipaciones campesinas: “Las mujeres grávidas amamantan el hambre” (Fernando A. Vargas), nuestra tierra respira con dificultad porque no está unida, pero la fuerza nos la da el sentido del futuro que creemos presente, la persistencia nos viene de “… aquel niño que no llora ante las balas porque fue parido en la valentía y la resistencia…” (Fernando A. Vargas) y del convencimiento de liberar con alas andinas y selváticas nuestro sueño inconcluso y mutilado porque: “…la libertad es un cóndor y no un ángel” (Diego Arturo Grueso).

Hoy, ejércitos bendecidos por el dios tirano e iracundo quieren imponer una visión salvaje de la especie, pretenden bautizar y sentenciar: “Es tiempo de silencios: calle el cantor su canto, calle el dolor su grito” (Fernando Cely). Pero el silencio del poema retumba en sus melodías y ensordece los apetitos del verdugo, el canto del cantor ya no es de él, ¿entonces, de qué sirve la mordaza para unos, cuando ya la palabra es de todos?, poco lograrán los verdugos diciendo que el huracán es brisa pasajera, su ignorancia sanguinaria será delatada por la arremetida enfurecida de las olas.

DULCE ENTREGA de LUIS DIAZ GONZALEZ


Por: DARIEN GIRALDO HERNANDEZ


La libertad para el poeta es tener sed y hallarse frente a una fuente rebosante de agua y transparencia pero no beberla sino contemplarla, la sed ayuda hundir la mirada en lo profundo y hacer del abismo una excusa para posarse en una cima, hacer de la caída una forma de volar.
Dulce Entrega es una pregunta, es un rendirse al interrogante para llegar a los submundos para encontrarnos, pero el submundo, el universo que se esconde bajo la tierra, las aventuras de las cortezas y el lenguaje de los fósiles son el lenguaje del tiempo que nos descifra y le hace decir a Eduardo Díaz: “te dejaste marcar como propiedad semoviente y ahora te contemplas abigarrado de miserias”. Pero la contemplación del autor no es narcisista o romántica, esta cargada de furia, porque en el fondo busca nuestra genética guerrera, ahora maltrecha pero solo adormecida presta a emerger del abismo, una vez el poeta derrote al miedo que lo aplaca.

En el libro Dulce Entrega se ven los ojos del desterrado, una mirada que nos persigue, una mirada que es la nuestra pero en la que no reparamos porque los espejos no están hechos de metáforas, es necesario acercarse a la fuente y mirar lo profundo para vernos allí inmersos en el abismo.
Millones de hombres y mujeres creen ser más listos porque obedecen las leyes, creen ser más recatados, modernos y correctos, pero; hay del hombre formal y superfluo cuando descubre que las leyes que ama y respeta son leyes suicidas, no le queda más remedio que la libertad.

Entonces Eduardo Díaz tiene palabras de consuelo y apoyo, porque cuando no se ama la libertad y esta llega por nuestras atávicas persecuciones, la libertad duele como duele ver los ojos del destierro, los ojos de la madre que ve el cuerpo de su hijo inerte.

¿Qué somos, dice Luís Eduardo Díaz,


sino briznas
en el vendaval?
Moléculas de afecto
por doquier,
luz de amanecer
en las tinieblas del laberinto.

SILENCIO TRANSVERSAL de FERNANDO VARGAS VALENCIA


Por: DARIEN GIRALDO HERNANDEZ


El amor es también furia, por eso Fernando Vargas deshace el amor como se deshace una alondra con la lluvia ácida. Una golondrina no hace verano pero lo puede anunciar, Fernando no hace amor pero nos convoca a deshacer el tedio.

El silencio transversal son muchas voces, porque somos desorejados pero no sordos. Fernando Vargas nos recuerda que siempre llamamos a alguien que no quiere venir y si viene no es por nuestro llamado sino por el azar, pero el azar no será: fue, el cruce fortuito con aquellos a quienes llamamos es azar para nosotros y necesidad para ellos. Ya no vendrá lo que llamamos, nos toca ir, sacudir sus hombros y gritarle a los ojos, porque como bien lo dice el autor: “somos instante que en el instante mismo de su revelación desaparece” como aquél personaje que inmediatamente afirmó que lo fantasmas no existían desapareció.

Por eso no nos revelamos del todo, por miedo a desaparecer, provocamos, inventamos el amor, las corbatas, las metáforas y la risa; esa que llama Fernando; “confirmación del espanto”. Nos acompaña la música, el silencio transversal es melodía que calla de forma estruendosa, como el amor al que hay que deshacer.

Pessoa decía: “Seré siempre el que esperó a que le abrieran la puerta, junto a un muro sin puerta” Fernando Vargas dice: “fui el hombre que no abrió la puerta”, es que a veces esperamos a que abran y otras veces somos el muro.

Por otra parte Fernando Vargas entiende lo que afirmó Evtuchenco. “para ser poeta no basta con escribir poesía, es necesario también ser capaz de defenderla”, el autor de Silencio Transversal es un poeta comprometido con el ser humano, es el poeta que grita, que reconoce ser vocero del pueblo y no un escribano cerca de dios y lejos del hombre, por eso escribe: “la luna puede esperar, el amor puede esperar, el hombre se va dejando habitar por la palabra punzante del poeta”.

Este libro entonces es eufórico, concreto, se mueve vertiginosamente como la bolsa de valores, pero su movimiento se lo da la exploración no la expoliación, además el autor le ha dado una nueva pista a la teoría de la evolución ya que demuestra que nuestra especie humana proviene no sólo de los simios sino también de los buitres.

CANTOS SIN CUENTA de FERNANDO CELY HERRAN




Por: DARIEN GIRALDO HERNANDEZ.




Con el epígrafe macondiano de: “Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra”, inicia Fernando Cely su poemario, Cantos sin Cuenta. De allí que la primera conclusión sea que no hay colombianos o colombianas que no lo sean.


Después de la irrupción del mundo europeo en nuestras tierras, hasta los presentes días, nuestro país y el continente se han visto inmersos en la exclusión, la guerra y la muerte. Desde la espada con forma de cruz, hasta las cientos de guerras civiles elitistas pero con millones de muertos del pueblo, han hecho que toda ciudad, municipio, vereda y caserío de Colombia este sembrada de muertos y es que en gran medida el asesinato ha hecho que los colombianos siguiendo la lógica macondiana, podamos decir que somos de aquí, que somos de alguna parte.


Pero hay otros muertos, los que se lleva la vida, cuando los huesos se cansan y quieren ser nuevamente roca en el camino, esa muerte que es anunciada cuando las caricias parecen más un intento de aferrase a la tierra y los besos la santificación de los cuerpos más que el preámbulo del deseo. Es la que llaman muerte natural aunque para el ser humano la muerte nunca será natural, somos trágicos por naturaleza, somos animal conciente.


Cantos sin Cuenta son cantos a las horas, esas que como afirma Fernando Cely “desafían al sonido y buscan el olvido”, el poeta es en este caso un insurgente contra el olvido, que trae a los amigos muertos, al padre amigo siempre con la mano extendida.


De allí que si en Macondo al insomnio le siguió el olvido y fue necesaria una pitonisa que en vez del futuro leyera el pasado, Fernando Cely, lee el pasado porque los años que pasaron no necesariamente se fueron, porque el poeta hace que se conviertan en: “potentes luces de faros, venciendo brumas, tempestades y hastíos”.


Pero Cantos sin Cuenta habla también de los que están, del hijo de los marineros vivos y de la amada: “la que nos ayuda a cargar nuestros versos errabundos”. Hay cantos al amor, a la desanudes del cuerpo y del alma, al erotismo que emerge en el crepúsculo, a la perpetuidad de las caricias y al fatuo caminar de quien se llevó una parte de nuestros besos y palabras.
Muerte, amor y eternidad, temas recurrentes pero nunca agotables, porque son la vida y son la vida del poeta que como Fernando Cely sentencia: “Nunca confíes en tus pétalos, bella flor primorosa”.




Colección Poética ISLA NEGRA






Isla Negra: Nueva Colección de Poesía
LA RENOVACIÓN DE LAS VOCES




La Corporación Artística y Literaria Escafandra y La Editorial Isla Negra realizaron en el mes de Noviembre una serie de Actividades y Veladas de Lanzamiento de la COLECCIÓN POETICA ISLA NEGRA con la presentación de sus primeros títulos:


CANTOS SIN CUENTA de Fernando Cely Herran; SILENCIO TRANSVERSAL de Fernando Vargas Valencia; DULCE ENTREGA de Luis Díaz González


Esta colección, pretende ser un espacio para promocionar nuevas voces poéticas, en un formato original y un concepto visual con profundas preocupaciones artísticas, logrado bajo la coordinación de Jean Paul Zapata, reconocido artista gráfico.

La colección ha sido el producto del debate sobre el papel que actualmente juegan los escritores que se auto-editan a lo largo y ancho del país, iniciado en el Primer Festival Internacional y Popular del Libro de Bogotá, realizado este año en el mes de Abril en el teatro Cádiz, bajo la coordinación de la Corporación Literaria Escafandra.

La colección se ofrece como la posibilidad que tienen los talentos poéticos menos reconocidos por la publicidad, para dar a conocer su trabajo, no sólo a nivel nacional, a través de vínculos logrados en encuentros locales y nacionales de escritores, sino también en varios países de Latinoamérica como México, Chile, Argentina, Guatemala, Cuba, Perú y principalmente, Venezuela.

Para la distribución internacional, el equipo que coordina las ediciones de la Colección Poética Isla Negra, cuenta con el apoyo de escritores y organizaciones como Nadie Nos Edita Editores y Cooperativa Editorial La Mancha de Venezuela, Los Poetas del Cinco de Chile, Mano Falsa y Tramonto de Perú y el taller Dos Artes, Dos Islas de Cuba, junto con reconocidos escritores y gestores culturales de México como Jorge Cocom Pech.

La Corporación Escafandra invita a los poetas que se auto-editan, o que aún no han publicado sus obras, a pesar de arduos esfuerzos en talleres de creación y colectivos literarios, a que se unan a esta colección que quiere comprometerse sinceramente con la renovación de las voces poéticas en los espacios editoriales colombianos.

Además de los libros a lanzarse el próximo 26 de Octubre, en el mes de febrero del año 2008 se lanzarán los tres siguientes números de la colección: Ciudad Enajenada de Diego Arturo Grueso (Yumbo, 1983), Planeta Miseria de Darién Giraldo Hernández (Medellín, 1978) y Matando Segunderos de Iván Vargas García (Tunja, 1983).



DATOS DE LAS ACTIVIDADES DE LANZAMIENTO


I. Lugar: CIRCULO CULTURAL BUSCANDO AMERICA. Fecha: Jueves 22 de Noviembre de 2007. Hora: 7:00 p.m. Dirección: Av. 19 No. 3A - 37 Local 113. INTERVENCION MUSICAL: Susana Borda.

II. Lugar: Auditorio LIBRERIA UNIVERSIDAD NACIONAL SEDE LAS NIEVES. Fecha: Miércoles 28 de Noviembre Hora: 6:00 p.m. Dirección: Calle 20 No. 7 - 15 INVITADO ESPECIAL: Fernando Soto Aparicio.

III. Lugar: Auditorio LUIS CARLOS GALAN de la CIDE, Sede II. Fecha: Viernes 30 de Noviembre. Hora: 6:30 p.m. Dirección: Cra. 21 No. 54 - 85 (Galerías), Piso 5. CON LA PRESNETACION ESPECIAL DE: Darien Giraldo Hernandez. INTERVENCION MUSICAL: Fernando Cely Herran.


CANTOS ÍGNEOS (Poemas para Reinventar el Amor)


Autores: Fernando Vargas Valencia, Fernando Cely Herrán y Luis Díaz González.
Editorial: Isla Negra.
Año: 2005
Género: Poesía
Sonido y Edición: Germán Zarria.

Cantos Ígneos nace en un intento por demostrar que amor y poesía son dos sucesos de la misma esencia. Se trata de un CD de audio donde las voces de los propios poetas, ambientadas con música de fondo, buscan colmar los espacios con sus versos sostenidos por la propuesta de Arturo Rimbaud según la cual hay que reinventar el amor. Cuarenta y seis poemas acompañan este trabajo donde la amistad y el arte se juntan para soñar la brevedad, la evocación y la invitación a un instante donde al amor no haya que llegar con escafandra, donde el amor no sea un lugar donde se respiren ambientes adversos.


Reseñado por: ALBERTO VALENCIA

REVISTA CULTURAL SOMOS - LIBERTAD BAJO PALABRA No. DOS

Revista cultural de los estudiantes de la Universidad Externado de Colombia
No. Dos. Año Dos.

Para los lectores, los amantes de las letras, la travesía no termina cuando el libro, el ensayo, el poema concluye. Leer es una búsqueda, es un acto de fe que se prolonga de texto en texto, es una sed que no tiene forma de ser saciada, el lector incansable lee entre líneas, lee dos veces y complementa este ejercicio con la aproximación a las diferentes formas de expresión del ser humano. A ese lector expectante va dirigida esta revista, esta segunda entrega en la que confluyen distintas manifestaciones artísticas con el fin de despertar sus sentidos, el objetivo de esta propuesta estética es estar cada vez más cerca de esa sentencia pronunciada por André Bretón: “ La belleza será convulsiva o no será”. Invitamos a quienes abran estas páginas a ser partícipes del diálogo que surge entre el texto y la imagen, a descubrir esa belleza que juega a esconderse tras las letras, tras las imágenes, que se insinúa a nuestros sentidos pero que no quiere llegar sólo a ellos. La belleza, disfrazada en Thelema de argumentación, de rigor, de pensamientos inspirados en lecturas, en autores que han estado presentes a lo largo del camino por el mundo de las letras. En refugio, una belleza espontánea, que invita a juegos, al encuentro de los cuerpos. Una belleza llamada erotismo que se cubre con velos seductores para recordar la necesidad de comunión con el otro. Sea éste el inicio de otra búsqueda, el comienzo de una carrera vertiginosa hacia un abismo que se muestra colorido y mágico.

Tomado de su Editorial
CONTENIDO
THELEMA

Editorial.
· ENTREVISTA A ÁLVARO CASTAÑO CASTILLO
Anexo: “Los Carnavales”
· CHARLES ANDERS PIERCE Y LAS TENSIONES DEL PLURALISMO
Ana María Montoya
· UN MITO MODERNO
Notas de Lectura sobre el Frankenstein de Mary Shelley.
Mariangela Ripoli.
· LOS LÍMITES DE LA JUSTICIA COMO IMPARCIALIDAD DE JHON RAWLS
Gonzalo Villa Rosas
· AQUITANIA Y LA CANCIÓN PROFANA MEDIOEVAL
Alfonso Pérez Gómez
· CINE ERÓTICO: DESAFORADA PREDISPOSICIÓN
José Grueso Ramos

REFUGIO

Anillo de Moebius.
· LITERATURA ERÓTICA Y LITERATURA AMOROSA
Gregorio Morales.
· EROTISMO Y LITERATURA
Lisandro Otero
· BREVE ANTOLOGÍA DE POESÍA ERÓTICA
Fernando Vargas Valencia
Florilegio de Refugiados
· BENDITA SEA TU PUREZA
Fernando Soto Aparicio
· UNA MUJER MADURA
Roberto Insignares
· LA GALERÍA DE LAS DELICIAS
Juan Camilo Rincón
· TU CUERPO: DELICADO VINO
Freddy Gómez
· ÁNGELES WITH CARDIGANS
Juliana Buitrago U.
· AMBROSIA / AMBRÓSIA
José Gerardo Neres
· CUERPO
Juan Eremita
· MARILUZ A LA VERA
Edmundo Perry
· ROMANCE A MI NEGRA
Noelia Mosquera

ESTIGMAS

Autor: Luis Díaz González
Editorial: Magia de la Palabra.
Año: 2001
Género: Poesía

Hay hambre de eternidad en cada uno de nosotros. Nuestro consuelo precario es la espera. Allí construye su casa el poeta: en ese silencioso macabro del que se sabe mortal porque se dejó gobernar por el tiempo. En Estigmas de Luis Díaz G. está el golpe de arteria en el que nos sumergimos como habitantes de un abismo desolado. Allí Ciorán: "la tristeza es un don, como la embriaguez, la fe, la existencia y como todo lo que es grande, doloroso e irresistible". Estigmas de Luis E. Díaz, es esa "extraña melancolía tras las hojas que el viento y la mano ávidamente laceran", una salvedad como de cuchillo que ejerce sombríos equívos de inevitables abandonos, ese "lento morir" silencioso en el que, con ebriedad, nos hunde la ciudad kafkiana.

Reseñado por: ANDRÉS FELIPE LIZARAZO y FERNANDO VARGAS

ENA-GENESIS (Instantes que se Hicieron Eternos)



Autor: Fernando Cely Herrán
Editorial: Isla Negra (Dos Ediciones)
Año: 2003 - 2004
Género: Relato corto.

Quienes hemos sido lectores de la poesía de Fernando Cely Herrán y quienes hemos visto su devoción por ayudar a otros en la maravillosa tarea de expresarse, a través del Grupo Literario Escafandra, nos sorprendemos ahora gratamente al leer estos relatos breves, en los cuales - no podía se de otra manera - sigue estando presente la poesía. ¿Literatura para niños? Tal vez, en la medida en que todos seguimos acunando en el corazón ese niño que alguna vez fuimos, y que en ocasiones se nos asoma a los ojos del alma para decirnos que no podemos olvidar nuestra obligación de caminar por la vida de la mejor manera posible. ¿Literatura para educar? Quizás, porque la educación bien entendida no es la de las respuestas sino la de las preguntas. Y leyendo estos breves textos nos preguntamos por enésima vez de dónde venimos y para dónde vamos, y cómo es que en esta pequeñísima pausa de luz que se nos dio en medio de la misteriosa noche del cosmos, somos capaces del amor, del silencio, de la soledad, de la ternura, del dolor. Porque estos sentimientos - y la verdad, la justicia, el deseo, la distancia, el olvido y muchos más - son los personajes alrededor de los cuales el autor teje sus relatos, breves, luminosos. Como el hombre, que aún dentro de su más siniestra oscuridad sigue teniendo la luz entre las manos, aunque se empeñe en apagarla. Agradable leer a Cely Herrán bajo esta nueva perspectiva de la infinita creación literaria. Ena-génesis: obra para releer, subrayar, meditar. Obra que acompaña, como todo buen libro: con la devoción incondicional del amigo que no nos abandona jamás.

Reseñado por FERNANDO SOTO APARICIO

CUENTAS DEL ALMA (La Vanidad Bajo Sombríos Ecos)

Autor: Fernando Vargas Valencia
Editorial: Magia de la Palabra
Año: 2001.
Género: Poesía.

Cuentas del Alma es irreverencia muy bien lograda. Trasciende la biológica necesidad adolescente de blasfemar y la depura haciéndola mucho más corrosiva y limpia a la vez, ¡Vaya paradoja! Fernando Vargas valencia utiliza una blasfemia que ya no es romántica ni desesperada, sino más bien irónica y que se caracteriza porque toma del pelo a Dios y al diablo al mismo tiempo, convirtiéndolos a ambos en algo así como una masa multiforme de donde se deriva el amor, que para el joven poeta no es más que una excusa del hombre, algo así como un breve tránsito a la libertad y por último desenmascara a una sociedad que esconde sus impulsos naturales a causa de falsos moralismos y sostiene su vida con el reloj del tiempo por un lado como gran opresor, y con el mercado y la falsa felicidad de las víctimas, por el otro. Cuentas del Alma de Fernando Vargas Valencia intenta crear nuevos lenguajes y por ende, nuevos procesos comunicativos. Es un llamamiento metafórico a la depuración de nuestra cotidianidad pero sobre todo, un grito que nos invita a vivir sin prejuicios.

Reseñado por: DARIÉN GIRALDO HERNÁNDEZ

REVISTA FATA MORGANA No 2

Revista Poética del Grupo Literario Escafandra.
Número Dos. Año Dos.
Una nueva edición de la revista “Fata Morgana” significa reafirmar una vocación, una voluntad de permanecer, una determinación de insistir en un propósito. Esto es lo que sucede con los integrantes del Grupo Literario “Escafandra” que por encima de las dificultades que en nuestro medio afrontan las empresas culturales, quiere seguir diciendo su verdad, llevando a todas partes el mensaje de que la creación literaria debe salvarse, y de que la Cultura (así, con mayúscula) está por encima de las reformas tributarias con que los gobiernos pretenden domesticarla y ponerla a su servicio, olvidándose de que la Cultura la hacen los pueblos y no los gobiernos. El Grupo Literario “Escafandra” ha permanecido fiel a sus ideales y sabe que para convertirlos en realidad tiene muchas veces que bordear los límites del sacrificio. Porque en un país donde la mayor parte del presupuesto se destina a la guerra, al paso que a los oficios de la inteligencia solamente se le dejen migajas, el hecho de publicar una revista o un libro, de hacer una tertulia, de proponer un conversatorio, implica enfrentar la indiferencia de la mayoría, y constituirse en un reducto del pensamiento; desde los cuales (pensamiento y reducto) se va a seguir iluminando nuestro presente, y de alguna manera, construyendo nuestro futuro. La nueva edición de “Fata Morgana”, es de por sí un éxito y un desafío. Un éxito porque es como el grito de ¡presente! que se da derrotando el silencio. Y un desafío, porque las manos levantadas para afirmar la libertad nunca podrán ser sometidas por las cadenas.
Reseñada por: FERNANDO SOTO APARICIO

CONTENIDO.

· El Compromiso de la Poesía: Fernando Vargas Valencia (Colombia).
· Poemas de Gladis Mendía Gutiérrez (Venezuela).
· Poema de Juan Carlos Vidal (Chile).
· Del Placer de Limar Aristas: Juan Camilo Dávila (Colombia).
· Poemas de María Milagros Roibón (Argentina)
· Poemas de Claudia López (Argentina)
· La Escritura, Puente entre la Sociedad y el Universo: Fernando Cely H. (Colombia).
· Poemas de Dalia Espino Vegas (Perú)
· Poema de César Augusto López (Perú)
· Acuarela Du Brasil: Diego Arturo Grueso (Colombia).
· Poemas de José Gerardo Neres (Brasil)
· Poemas de Beth Brait Alvim (Brasil)
· Poética de la Liberación: Javier Neira M. (Colombia).
· Poema de Marie Rojas Tamayo (Cuba)
· Poema de José Luis Fariñas (Cuba)
· Encargo a la Poesía: Martha Dávila Díaz (Colombia).
· Poemas de Gregorio Morales (España)
· Poemas de Miguel Ángel Contreras (España)
· Poema de Belén Juárez (Francia-España)
· Ensaladas Aderezadas con Metáforas: Gloria Vargas Torres (Colombia).
· Poemas de Luis Díaz González (Colombia)
· Poemas de Iván Vargas García (Colombia)
· Poemas de Andrés F. Lizarazo (Colombia)
· Arte, Hacía una Política del Carnaval: Pedro Fabián Acosta (Colombia).
· Alguien le Dice al Tango: Jorge Luis Borges (Argentina).

OLOR A OLIMPO

Autor: Luis E. Díaz González
Editorial: Isla Negra
Año: 2005.
Género: Poesía.

Cercano a los aromas de dioses y de musas, Luis Díaz González, nos presenta su nuevo compendio de desgarramientos y añoranzas. De nuevo su voz, incursiona con el hálito de su depurada poesía en el esquema de los sueños:

"Camino
dibujado en mi silencio,
una ola de luz se pavonea
entre la oscuridad del día
y mi palabra"

Caminante furtivo entre academias y versos, este cantor de corazón abierto, fortalece con su palabra el navío de los sueños que al garete, emprendió sin arrogancias el Grupo literario Escafandra del cual - es como todos - grumete y almirante. Comparte así nuestra bitácora, el traje anfibio que nos permite respirar "en ambientes adversos" allí donde ninguna tempestad podrá callar la verdad que se encierra en la procacidad del verso, en la aparente realidad. La voz del poeta, terca y bella, nos recrea desde su corazón desnudo y devela el misterio de la necesidad de compartir esencias:

"Aparento dulces sueños.
En mis ojos de loco;
arrastro conciencias de ultratumba,
me presento en libros coloridos
para disimular mi oscuridad".

Acompaña lector, esta oportunidad de reencontrarnos con un océano de multitudes terrenales.

Reseñado por: FERNANDO CELY HERRÁN




CANTOS DEL DESAMOR Y EL DESENCANTO

Autor: Fernando Cely Herrán
Editorial: Primera edición en Magia de la palabra; Segunda: Ed. Isla Negra.
Año: 1995.
Género: Poesía.

En estos poemas se encuentra convalidada la esencia poética: el poeta está determinado por el juego dialéctico de ser y no ser en el otro. La soledad es un pueblo que bulle en la sangre. Los poemas de Cantos del Desamor y el Desencanto son relámpagos agitados que nos recuerdan la tremenda orfandad de la ausencia. Detrás del grito desplegado a los sordos fantasmas del pasado, hay una era que promete el fin de la Tragedia. Hay canto de desamor, es verdad, pero también una conciencia de vitalidad en la presencia del otro: es el otro el verdadero destinatario del grito… hay una política del sueño en los versos: allí donde no estás, estás renovado, cuando evoco tu ausencia, evoco tu presencia. Fernando Cely sabe que el des-amor no da espera y que el des-encanto es esa suerte de dolor dulzón que debe sentir aquel que acaba de resucitar. Sabe que si el amor es nudo, es mejor des-nudarnos. Esa desnudez es retorno y es la posibilidad de lo por venir: en el desencanto están el encanto y el canto, vuelta a la dicotomía de las soledades; en el desamor está el amor (evocado y prometido) y la posibilidad de desatar, de lo libertario como esperanza del poeta. Hay promesa en el canto y hay fiesta en la nostalgia. Estos Cantos son un solo canto apto para entonar bajo el ritmo impío de los cuerpos... este Canto que son muchos cantos es el claro homenaje que el poeta hace a la dignidad de la poesía que es un acto de liberación contra “el terrible destierro del silencio”.

Reseñado por: FERNANDO VARGAS VALENCIA